sábado, 8 de noviembre de 2008

Presentaron libro que subsana el atropellado estudio "de la interactividad cultural", dijo Lourdes Arizpe.

Arturo García Hernández

El historiador Enrique Florescano expresó "fuerte preocupación" por el nuevo cambio en la coordinación de la Comisión Organizadora de la Conmemoración del Bicentenario del Inicio del Movimiento de Independencia Nacional y del Centenario del Inicio de la Revolución Mexicana, tras la renuncia al cargo, el 23 de octubre pasado, de Rafael Tovar y de Teresa.

La inquietud se da en particular por el hecho de que "ya teníamos un programa que costó prácticamente un año, una relación bien establecida con los gobiernos y con las instituciones culturales estatales, y una integración con distintos sectores del gobierno federal, organizaciones sociales y privadas."

La pregunta que ahora se hace es si "una vez descabezado el proyecto, alguien realmente va a restaurar todo lo que se venía llevando a cabo, se va a romper todo lo que ya habíamos elaborado".

Enrique Florescano era miembro del consejo asesor de la comisión, nombramiento al que había renunciado en septiembre del año pasado por diferencias con el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, Sergio Vela. Tras una conversación entre ambos, y ante el inminente nombramiento de Rafael Tovar al frente de la citada comisión, el historiador retiró su renuncia. Ahora se retiró junto con Tovar y de Teresa.

El historiador comentó lo anterior a pregunta expresa durante la presentación, la noche del jueves (en el Centro Cultural Estación Indianilla) del libro Cultura mexicana: revisión y prospectiva (Editorial Taurus), que recoge las ponencias y artículos presentados en el segundo Coloquio Oaxaca, realizado el septiembre del año pasado, cuya coordinación está a cargo del pintor Francisco Toledo, José Woldenberg (director de la revista Nexos) y del propio Florescano.

El volumen –dijo Florescano– ofrece "un primer recuento, una primera perspectiva, un panorama de la situación cultural de nuestro país."

Woldenberg recordó que del primer Coloquio Oaxaca, efectuado en septiembre de 2005, también se publicó el libro respectivo, Los desafíos del presente mexicano (Taurus).

El nuevo libro –agregó el ex titular del Instituto Federal Electoral– "es un mural de diferentes aproximaciones a la cultura", que contiene "desde artículos de carácter conceptual, hasta otros que hablan de experiencias específicas en el mundo de la cultura y las artes".

No es una visión homogénea, "se trata desde diferentes voces y diferentes aproximaciones, de especialistas y estudiosos, pero también de quienes día a día con su trabajo e iniciativas van modelando y modulando la cultura mexicana de hoy".

En su conjunto hablan "de la vitalidad de la cultura y de los obstáculos que muchas de sus manifestaciones encuentran para expresarse de manera cabal en nuestro país."

Desastre en la artesanía nacional

Lourdes Arizpe, una de las colaboradoras de Cultura mexicana: revisión y prospectiva, sostuvo en su intervención que "este libro llena un vacío en el sentido de que son muchos los debates actuales sobre la cultura y sobre la política cultural, pero habíamos perdido de vista esto que se llama cultura mexicana, porque estábamos analizando de una manera muy atropellada los distintos movimientos nuevos y la nueva interactividad cultural que se está dando en el país."

Este libro "permite hacer una revisión de dónde estamos y cuál es la prospectiva hacia el futuro, con una exuberancia de producción artística y cultural, y paralelamente un proceso de pérdida de manifestaciones culturales que podemos llamar tradicionales y que son
prácticas habituales en las comunidades indígenas y en los barrios urbanos".

La etnóloga y antropóloga puso como ejemplo "la desastrosa y terrible destrucción de la artesanía mexicana a causa de las políticas económicas de apertura indiscriminada. "

Isaac Masri, director del Centro Cultural Estación Indianilla, también participó en el coloquio y en el libro. Durante su intervención resumió la historia del recinto que dirige desde que era, en 1868, el lugar de donde partían los tranvías tirados por mulas, hasta la fecha, en que se ha convertido en uno de los espacios más importantes del país para las artes plásticas y para la producción cultural.

A la presentación del libro también acudieron otros colaboradores: el economista Ernesto Piedras Feria (Las industrias culturales en México); el historiador y promotor cultural, José Luis Paredes Pacho (Un país invisible: escenarios independientes: autogestión, colectivos, cooperativas, microempresas y cultura alternativa) ; el editor René Solís (El libro y la lectura en México); y el antropólogo social Alfonso Castellanos Ribot (Estadísticas básicas de la cultura en México).

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