El Instituto Potosino de Bellas Artes realiza anualmente un homenaje a la figura del músico potosino Julián Carrillo, ya que esta Institución lleva el nombre del afamado compositor. A lo largo de más de tres décadas el IPBA a tratado de difundir el trabajo creativo de Carrillo a través de conferencias y conciertos con su obra en una búsqueda por preservar no solamente su nombre sino el contenido mismo del trabajo investigativo en torno al fenómeno microtonal conocido popularmente como “Sonido 13”y que es quizá la base del conocimiento del trabajo de don Julián.
Julián Carrillo Trujillo (1875-1965), nació el 28 de enero en el municipio de Ahualulco (ahora del Sonido 13), comenzó estudios musicales desde muy pequeño en la iglesia parroquial del lugar con Flavio F. Carlos, posteriormente se traslado a la capital para continuar su formación en la escuela privada del mismo maestro, aquí comenzó a estudiar violín y otros instrumentos, destacándose particularmente en el primero y demostrando desde el principio una prodigiosa memoria que se manifestó cuando aprendió todo el repertorio que interpreto en una presentación en San Luis Potosí, el célebre violinista cubano Rafael Albertini.
Posteriormente se traslado a la ciudad de México para proseguir estudios en el Conservatorio Nacional, logrando de inmediato el reconocimiento de sus maestros y compañeros. Un proceso de enfermedad lo regresó a san Luis por espacio de casi un año, pero aun con ello se presentó en el programa de graduación por lo que toco frente al presidente Porfirio Díaz, quien convencido por su talento lo becó a costa del gobierno para estudiar en Europa. Su primera elección fue París y su célebre Conservatorio, solo que un problema por la edad no le permitió ingresar en dicha institución, entonces cambio el rumbo a Leipzig en Alemania, donde encontró una solida formación no solo en la ejecución sino también en la composición logrando crear verdaderas páginas maestras del sinfonismo nacional, por desgracia poco interpretadas.
Desde sus años en el Conservatorio Nacional de México comenzó a experimentar con la tonalidad, luego de su primera clase de acústica, donde descubrió que el sonido obedecía a leyes físicas inamovibles, no conforme con la mínima partición del mismo en semitonos por lo que se dio a la tarea de demostrar que existían menores divisiones a lo que el llamo coloquialmente “Sonido 13”, aparecieron secuencialmente los tercios, cuartos, octavos, dieciseisavos, treintaidosavos y más divisiones menores del tono.
La labor vital de Julián Carrillo es haber demostrado sus postulados y aun llevarlos a la práctica mediante el diseño de los instrumentos, escritura de la teoría y una exhaustiva metodología al respecto.
En esta ocasión el I.P.B.A se viste de gala para recibir al maestro guitarrista Angélos Quetzalcoatl “Embajador del Sonido 13”, quien ha dedicado su vida a difundir el trabajo microtonal del maestro Carrillo. Angélos nació en l978 en Monterrey N.L e inicio estudios de guitarra en Alemania bajo la guía del maestro Olaf Sievers, continuaría luego en la Universidad Autónoma de Coahuila con el maestro Jesús Posada. Obtiene su Licenciatura en Artes por la Univirsité Bishop’s de Québec bajo la dirección del Dr. Andrew Mac Donald. Ha completado su formación musical con músicos de tallas internacional como: Karl Heinz Stockhausen, Leo Brower, Juan Blanco y Gerardo Támez.
Sus búsquedas musicales lo han llevado a buscar en todas las manifestaciones de la modernidad, pero desde su primer acercamiento a las teorías de Julián Carrillo se sintió fuertemente atraído por el mundo de incalculables sonidos que propone mediante su teoría del microtono, por lo que se dedico a estudiar el tema hasta dominarlo y convertirlo en un estilo de vida, lo que llevó al maestro Armando Nava a llamarlo “La Nueva Fuerza del Sonido 13”.
Invitamos a todos los maestros y estudiantes de música y al público en general a disfrutar de la enorme presencia del maestro Angélos Quetzalcóatl que seguramente los cautivara con su prestancia técnica, su entrega musical y su pasión por el mundo de posibilidades infinitas del “Sonido 13”.
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