domingo, 23 de octubre de 2011

Notable puesta en escena de la ópera ¨El Barbero de Sevilla¨en el Festival Cultural Revueltas 2011


Por: Roberto A. Valenciano Capín

Victoria de Durango.-Quizás una de los eventos más esperados, al cumplir las expectativas para muchos duranguenses, al llenar las butacas del Teatro Ricardo Castro y disfrutar de uno de los referentes en el mundo de la ópera como es la divertida ópera bufa, el Barbero de Sevilla del compositor italiano Gioachino Rossini, con música y libreto original de Cesare Sterbin, basado en la comedia del mismo nombre de Pierre-Augustin de Beaumarchais.

Una insoslayable y digna puesta en escena que tocó a los duranguenses, como parte de las actividades programadas del Festival Cultural Revueltas 2011.

Un proyecto muy amable, dinámico y completo en su factura, al convocar para la realización del mismo a la ópera intinerante del INBA, la compañía Ópera de México, el Coro Fanny Anitúa, director Humberto Labvalle y la Orquesta Sinfónica de la Universidad Juárez del Estado de Durango, bajo la dirección del Mtro. Jorge Armando Casanova. Todo bajo la direccción en escena de Arturo Rodríguez

Aunque esperábamos el condimento de la "singularidad", al disfrutar un montaje más contemporáneo como se destila en estos tempos y por prestarse las características físicas de este teatro, se optó por seguir el sendero de lo tradicional, aun así, con el acierto de la multifuncionalidad y sinergía de esta escenografía que nos remonta a una fachada del siglo XIX.

En cuanto al vestuario, "muy clásico", propio del XVIII, y, aún así, contribuye para desentrañar el entramado de la historia de El Conde de Almaviva y su novia Rosina que deben pasar por diferentes circunstancias bajo la clave de comedia antes de casarse. Todo esto, gracias a la infalible ayuda del barbero más famoso de Sevilla, a quien es solicitado en su ayuda, porque a Rosina, de quien está enamorado, la quieren casar con Bartolo, un viejo decrépito que a su vez, es su tutor. Fígaro y el Conde, después de enredosos incidentes, evitan a toda costa el compromiso y tras estos complicados absurdos, se da un final feliz.

Lo cierto, todo bajo la afabilidad del ensamble no solo de sus principales personajes sino también del coro-soldados- y rondalla, aunado a una sobria y efectiva disposición en escena, haciéndola ágil y respetando el tono propuesto por el compositor.

Destacándose por si misma, esa parte incluyente del público mismo, al ofrecer una pequeña serenata a una duranguense del público, además de regalar a los presentes paletas de caramelos por parte de vendedores de dulces.

Bajo la concertación vocal, sobresale por su potencialidad tanto interpretativa como vocal de Rosina, interpretada por la soprano Sandra Maliká Villagra; el Conde de Almaviva, por el tenor Humberto Barboa; así como Fígaro, por el barítono Alberto Albarrán.

Un poco bufo, aunque en momentos logró ensamblar estos dos temperamentos; el burlón, el serio y ofendido de Bartolo, interpretado por el bajo-barítono Guillermo Ruiz y aún de ser el compinche se destaca por su circunstancial papel de Basilo, por el bajo Charles Oppenheim.

El Barbero de Sevilla fue bien recibida por los duranguenses a través de un extendido aplauso de pie, así como de los infaltables bravos que fueron agradecidos por este lenco de más de 30 artistas en escena.

De esta manera, esta puesta escénica se une a este historial de mostrar la magia de este arte operístico a los duranguenses, a través de este puntual slogan ¨disfruta la cultura con tus cinco sentidos¨.

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