lunes, 23 de julio de 2012

Proyecto Coyote irrumpió con su "Coyote del olvido" en el FIDCLL



                                    Fotos: Francisco Acosta


Por: Roberto A. Valenciano Capín



Una danza sobre la condición evanescente de la danza será como una sombra que pudiese mirarse en un espejo que sin más se disemina bajo su propia pulsación.


Con más de dos lustros, Proyecto Coyote ha presentado su quehacer dancístico sin cortapisas y en esta noche nos ofreció el estreno de la coreografía " Coyote del olvido " bajo la dirección del también, maestro y bailarín Arturo Garrido, como parte de esta trigésima segunda edición del festival Internacional Lila López.



Podemos decir con certeza, uno de los profesionales de este danzar que desde su trinchera creativa en estas  tierras del tunal grande  (Creador con Trayectoria FONCA), quien propone una manera muy singular de plantear este arte tepsicoriano.



Es importante destacar que hasta el momento, ha permeado en las compañías locales una preocupación por presentar obras de estrenos, lo cual no ha sucedido con las foráneas e internacionales.



Dicho esto, como  dicen por ahí, a lo que nos truje chencha. A contraluz, se puede observar a cuatro cuerpos entrevesados entre cadenas que cuelgan sobre ellos, para sin más desvanecerse esta imágen y proseguir con una luz cenital.  Su protagonista-cualquier Ícaro, Judas,  Luzbel el proscripto, el más humano- se   detenta a través de movimiento muy orgánicos que carecen de sustancialidad, fuerza tanto en la construcción del personaje que interpreta.



Un viaje introspectivo  del hombre que descubre en su pobreza, la realidad marginal de su ser a través de un viaje mítico a través de Ícaro ante su vulnerabilidad, háblese de  su imperfección, quien enloquecido ante el derrumbe de sus profundas convicciones y valores, inicia la construcción de sus alas y su ensayo del vuelo, su encuentro final.


Una propuesta que dentro de sus lineamientos de lenguaje busca ofrecer una plataforma que genere un ejercicio pleno de percepción en base a lo trazado en varios episodios: Primer intento, ritual de la pista, encuentro, caída, despertar, fuga y ruptura y caída.



Por lo cual, se aboca en no recurrir a los grandes despliegues técnicos, sino enfocarse en la calidad de interpretación; muy púlsica, de latente fuerza y sin hacer dejo de lo teatral.


A pesar de que Garrido apuesta por estructuras ya establecidas y de esta manera truncar las posibilidades de nuevas rutas dentro de sus propuestas escénicas, aun así logra desplegar en el lecho escénico;  atmósferas, situaciones y posiciones in situ de una narratividad compleja no solo en la calidad de movimientos, sino en su dinámica  misma.




Aunque en momentos se vuelve abrumadoramente compleja y con sintomas de tedio a pesar de  construir este imaginario en escenas cuya naturaleza misma va de la mano con la complicidad de los ricos textos emanados de su propio pulso, extraídos de su poemario " Dulcísimo Caín".
a una escena cuya natura"No es solo el tiempo el que pasa

" Círculo perenne, mar de luz que me ahoga.
Otra vez aquí bajos sus aspas. Metal vaporoso,
otra vez aquí, al pie de tu hermosura,
rehago la muerte milenaria, 
la muerte cotidiana, íntima, propia, intrasferible,
ésta que solo en mí acontece, solo en mi Epicuro,
solo en mí, dulcísimo Caín".


Aún así, se destaca el gran oficio de este veterano coreógrafo al plantear un trazo escénico, en momentos hay cierto dinamismo y es reiterativo tanto en el trazado como en su ejecución, pero que es solventado gracias en parte a esos momentos premeditados-allegros y lúdicos-para amenguar un poco la tensión de la obra y a la vez ser un respiro tanto para un público que estuvo compenetrado y atento a lo planteado, así como unos exigidos intérpretes.



Una obra que se sostiene en su propia travesía dentro de su propio sentido onírico y tribal, ir al ombligo mismo de su universo o, como refiere el poeta y filósofo francés Paul Valery: " Una fórmula de danza pura no debe contener nada que haga prever que tiene un término. Son eventos extrínsecos los que la llevan a la conclusión; los límites de su duración no le son intrínsecos; son las convenciones del espectáculo, o la fatiga, o el desinterés lo que interviene. Pero ella no tiene nada que la haga terminar".



Por lo tanto, ha quedado en el escenario esta propuesta danzaria  emanada de este territorialidad del Tunal Grande, el cual fue agradecido tanto por el cálido aplauso  del público que se dio cita en buena cita en este espacio cultural.


Proyecto Coyote esta integrado por: Jerónimo Garrido, Montserrat Chávez, Pamela Grimaldo, Elizabeth Blanco, Ismael Infante Salazar y Efraín de León. 

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