sábado, 14 de junio de 2014

Vladimir Malakhov se queda en Berlín

 
Vladimir Malakhov se queda en Berlín
 
El director general saliente del Staatsballett Berlin, Vladimir Malakhov, seguirá viviendo y  trabajando en la capital alemana para intensificar su presencia internacional a través de la  fundación que lleva su nombre, declaró el célebre bailarín (ruso, nacionalizado austríaco,  nacido el 7 de enero de 1968 en Krywyj Rih, entonces República Socialista Soviética de  Ucrania), en una entrevista exclusiva con Danza Ballet.
 
Despedida
 
Malakhov se despide del público con dos grandes veladas sucesivas, interpretando este viernes  13 de junio “Caravaggio”, de Mauro Bigonzetti, y un día después, el sábado 14 de junio  “Chaikovski”, de Boris Eifman, sobre el escenario de la Staatsoper Berlin im Schiller Theater.
 
“En el futuro bailaré un poco, no mucho, interpretaré más bien roles de carácter; y llevaré a  escena mis propias obras”, como “La Bayadere” (estrenada en 1999 en la Ópera de Viena), con  música de Ludwig Minkus (basada en la coreografía de Marius Petipa); “Verdi Ballet: un baile  de máscaras” (creada en 2001 para el Ballet de la Ópera de Viena); “Cenicienta” (concebida  para el entonces Ballet de la Staatsoper Berlin en 2002), con música de Serguéi Prokófiev; “La  Bella Durmiente” (estrenada en 2005 con el Staatsballett Berlin en la Deutsche Oper); y “La  Peri” (realizada también para su compañía de la capital alemana en 2010).
 
Modélica labor
 
Desde que asumió la dirección general del Staatsballett Berlin en 2004, Malakhov, formado en  la Escuela del Teatro Bolshoi de Moscú, realizó una ímproba labor para fusionar en una gran  institución a las compañías de ballet de las tres casas de ópera existentes en la capital  alemana (Staatsoper Unter den Linden, Komische Oper y Deutsche Oper), tras la caída del Muro  en 1989. Gracias a su visionaria gestión, hoy el Staatsballett Berlin es la mayor compañía de  Alemania y la segunda de Europa (después del Ballet de la Ópera de París), con casi 100  bailarines, y un excelente nivel de calidad internacional, con excepcionales solistas. También  desde el punto de vista financiero es el Staatsballett Berlin una entidad totalmente saneada y ejemplar.
 
“A partir del 12 de agosto próximo comenzaré mi labor como asesor del Tokio Ballet, de Japón,  con el que he firmado un contrato bastante flexible que me permitirá desarrollar además mis  actividades en diversas partes del mundo a través de la Fundación Malakhov”, afirma. “Estaré  en Tokio entre el 12 de agosto y el 9 de septiembre, entre el 15 de noviembre de 2014 y el 1 de abril de 2015, así como entre julio y agosto de 2015″.
 
Taglioni Award
 
La Fundación Malakhov entregará el próximo 27 de septiembre, en una ceremonia de gala que  tendrá lugar en Berlín, el primer TAGLIONI European Ballet Award que honra la memoria de Marie  Taglioni (Estocolmo, 1804 – Marsella, 1884), estrella del ballet romántico y primera maestra  en la técnica de bailar en puntas.
 
La distinción será otorgada en 11 categorías diferentes por un jurado internacional  independiente que premiará a jóvenes talentos, así como a la tradición e innovación en el ballet.
 
Taglioni comenzó su carrera internacional en 1832 en la Ópera de París bailando La Sylphide,  con música de Jean Schneitzhoeffer y coreografía de Filippo Taglioni, su padre. Marie Taglioni  dejó la Ópera de París en 1837 y pasó al Mariinski Ballet de San Petersburgo, donde concluyó  su labor 10 años más tarde.
 
Cuba
 
Malakhov está muy entusiasmado con su proyecto para formar y distinguir a jóvenes bailarines  de Cuba, el Caribe y América Latina, en general. “Me gusta mucho Cuba, por esa forma tan  relajada de ser y de tratar con la gente. Los cubanos son muy sexy”, apunta Malakhov. En  diciembre pasado hizo la presentación en la ciudad de Holguín, al oriente de la isla, donde  fue declarado “Hijo ilustre” por sus autoridades, tras la interpretación de “Voyage” y “La Muerte del Cisne”, con coreografía de los italianos Renato Zanella y Mauro Di Candia en el teatro local Eddy Suñol.
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“Un regalo de Malakhov” se tituló la temporada desarrollada en esa ciudad, con el objetivo de promover el ballet clásico y contemporáneo en América Latina y el Caribe, así como el  intercambio con artistas y bailarines cubanos, en la que participaron además diversos grupos  cubanos como Danza Fragmentada, de Guantánamo; Ad Libitum, de Santiago de Cuba; y el Ballet de  Camagüey. El director saliente del Staatsballett Berlin regresará a Cuba entre septiembre y  octubre próximo para “dictar cursos y realizar talleres”, así como para entregar por primera  vez el “Gran Premio Malakhov”, de reciente creación, a bailarines de compañías cubanas,  caribeñas y latinoamericanas.
 
En cooperación con el Consejo Nacional de las Artes Escénicas de Cuba, el Conjunto Lírico de  Holguín y el grupo de danza-teatro Codanza, Malakhov desarrollará una nueva y singular  creacion, un híbrido artístico entre el ballet y la ópera, en el que participarán músicos,  bailarines y coreógrafos cubanos.
 
China
 
Malakhov, quien bailó en la compañía del Teatro Bolshoi, en el Ballet de la Ópera Estatal de  Viena, en el Ballet Nacional de Canadá, en el Ballet de Stuttgart y en el American Ballet  Theatre de la Metropolitan Opera de Nueva York, lleva adelante además proyectos similares en  Viena y Estambul (Turquía). Pero su “gran descubrimiento es China”, un país “que tiene un  enorme potencial y excelentes posibilidades para seguir desarrollando” el ballet tradicional  clásico y contemporáneo. “En Pekín he visitado una escuela de ballet, que posee 89 salas de  danza, y que me ha dejado maravillado”, afirma Malakhov, quien se propone viajar a menudo a  ese país para continuar su trabajo pedagógico con niños y jóvenes que inician su camino en la danza.
 
Berlín

La conducta de las autoridades de la capital alemana de no prolongar el contrato de Malakhov  al frente del Staatsballett Berlin más allá de la presente temporada (2013/2014) “fue una decisión política”, declaró. “Todo fue hecho a mis espaldas. Ni siquiera Nacho Duato (ndlr:  quien lo sucederá a partir del próximo 1 de agosto al frente de la compañía), a quien me unía  una amistad de muchos años y con quien hemos realizado muchos proyectos de cooperación, me  dijo ni una sola palabra sobre lo que se estaba tramando detrás mío; y ello pese a que,  incluso en aquellos meses (entre 2012 y 2013), nos habíamos encontrado reiteradamente y  habíamos trabajado juntos en San Petersburgo. Fue una actitud muy fea. Pero yo miro siempre  hacia el futuro, tengo una enorme energía y muchas ganas de hacer realidad múltiples proyectos que habían quedado hasta ahora pendientes. Ahora poseo verdaderamente el tiempo necesario para  realizarlos y voy a disfrutar con ellos”, declara Malakhov. Hemos llegado al final de una magnífica era. Pero, “cuando algo llega a su fin, comienza también algo nuevo en la vida”, concluye.
 
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