viernes, 22 de agosto de 2014

La crítica: Con la batería al frente

 
 
Por: Xavier Quirarte
 
En ocasiones, los discos donde el líder es baterista incluyen interminables espacios para lucimiento de sus facultades —que a veces son más pirotecnia que verdadero discurso—. Jorge Fernández es de esos bateristas que comparten, que escuchan a los otros, como se evidencia en su disco Fragments of México, que tocará con su cuarteto en El Convite (Ajusco 79, colonia Portales) el próximo sábado a las nueve y media de la noche.
 
Fernández asegura que, en su caso, “se trata de expresar música, de lo que uno es como persona, independientemente del desarrollo que uno pueda tener como músico, tanto técnica como estilística o conceptualmente. El meollo es hacer música para expresar lo que somos. No me gusta la idea de hacer esos discos con miles de licks de batería, siento que no se trata de eso. Esperé bastante tiempo porque no tenía la madurez suficiente para darme cuenta que hay que hacer música y no ruido”.
 
Cuando estudiaba percusión clásica en la Escuela Superior de Música, Fernández se cambió a la licenciatura en jazz porque comenzó a interesarse en la improvisación. Le aburría la idea de tocar lo mismo que alguien ya había tocado antes. “Quería crear cosas más interesantes que las que estaba haciendo en ese momento. Estudié con gente como Francisco Téllez —un gran maestro y una gran persona—, Hugo Leyva, Eduardo Piastro, Pablo Hidalgo Wong, que son los que más me influyeron en el ámbito de la composición, la instrumentación y los estilos”.
 
Jorge participa en grupos como The Piano & Drums Project, con Javier Reséndiz en el piano; FAS Trío, con Remi Álvarez en el saxofón y David Sánchez en el contrabajo; la Wong Gang y en su cuarteto. Tener todas estas posibilidades, dice, es contar con “la libertad para explorar diversos lenguajes, diferentes estéticas, que se manejan en los diversos grupos”.
 
Como compositor y líder de su grupo, el baterista busca “expresar lo que soy, lo que siento, lo que pienso. Trato de informarme, de explorar lenguajes, tanto de composición como de ejecución, dentro del jazz y en músicas de nuestra época, sin dejar el lenguaje de los grandes del jazz. Me gusta mucho la música de John Coltrane, Thelonious Monk, Ornette Coleman, Miles Davis, Chick Corea… Tengo mucha influencia de ellos”.
 
Para su cuarteto, Fernández buscó músicos con los que hubiera empatía: “Al pianista Daniel Wong lo conocí en Texas cuando estaba estudiando allá e hicimos muy buena amistad. A Arturo Báez, el contrabajista, lo conozco desde que tenía 18 años, y ya llevamos mucho tiempo tocando juntos, mientras que al saxofonista Blair Latham lo conocí cuando andaba tocando en México. Empezamos a reunirnos y las cosas fueron creciendo”.

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