Tzvetan Todorov consideró que en Europa los valores de la vida pública “están cada vez más debilitados” y que el neoliberalismo es uno de los peligros que acechan a la democracia.
“El neoliberalismo es un peligro muy próximo porque, de momento, es la ideología de nuestros gobernantes. Hay otras ideologías que se perciben que son peligrosas, pero el neoliberalismo sustituye la democracia, con lo cual nos encontramos en un régimen que ya no corresponde a la definición de democracia”, dijo el historiador, filósofo y lingüista de origen búlgaro.
Todorov, que está en estos días en España, ha realizado estas declaraciones a un reducido grupo de periodistas, con motivo de la lección magistral que impartió con el título “Los valores europeos”, dentro del ciclo La España posible, organizado por Bertelsmann en Madrid.
En su disertación sobre Europa, el autor de El nuevo desorden mundial se adentró en la defensa de los valores europeos como base sobre la cual construir el orden mundial.
“La vida pública necesita valores y la caída del Muro de Berlín, paradójicamente, ha debilitado más los valores públicos. La doctrina neoliberal triunfante protege el poder de los individuos sin preocuparse del bien común”, explicó este experto en los totalitarismos europeos.
El filósofo también alertó de la evolución de la tecnología y su uso para el poder, ya que “permite la vigilancia y el control de la
población con el pretexto de garantizar su seguridad. Los valores europeos de pluralismo y moderación se ven en situación de peligro y amenazados”.
Todorov, que no quiso hacer ningún comentario concreto sobre la situación de España, hizo hincapié en la defensa de uno de los valores fundamentales: el pluralismo.
“El pluralismo es un rasgo constituyente de la Unidad Europea, que, a diferencia de Estados Unidos o China, no es solo un país con un solo gobierno, sino 28 dentro de la Unión o 40 o más en el continente, con lo cual la identidad europea está relacionada con esta pluralidad.
“Pero se trata de saber de qué manera vamos a gestionar esa pluralidad, y si se gestiona desde el espíritu de la moderación”, comentó.
Consideró que para construir estos valores europeos como base sobre la que construir el orden o “desorden mundial”, es preciso superar los prejuicios propios de cada país y las fronteras, para evitar los comportamientos nacionalistas.
Para el filósofo, el nacionalismo es otro de los enemigos de los valores europeos.
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