viernes, 16 de enero de 2015

Teatro la capilla, retoman espíritu de Salvador Novo

 
Fotos: Daniel Betanzos
 
Por: Sonia Ávila
 
Con un abanico de discursos escénicos que van desde la reflexión sobre las emociones humanas, la violencia hacia la mujer y las inquietudes juveniles hasta los espectáculos clown, el teatro La Capilla iniciará los festejos por el 15 aniversario de su reapertura, ocurrida en 2000, con la compañía Los Endebles.
 
 
Son 45 grupos de teatro los que integran la programación para el primer trimestre del año y que comparten el interés por una producción sencilla, un teatro reflexivo y nuevas propuestas para el montaje en temas y lenguajes. En conjunto, buscan recuperar el espíritu de Salvador Novo quien fundó el espacio en 1953.
 
 
“La idea es mantener el perfil de los jóvenes creadores, ese ha sido el interés desde su creación por Salvador Novo, y lo hemos retomado buscando privilegiar lo más posible a grupos sobresalientes, jóvenes que inician su carrera”, refirió durante la presentación del ciclo el director artístico, Boris Schoemann.
 
 
A diferencia de los primeros años, la selección de las compañías se hizo a partir de audiciones y no sólo de la revisión de carpetas. En total se recibieron 75 propuestas el año pasado, cuando se abrió la convocatoria. “La Capilla se ha convertido en el lugar de despegue, y queremos seguir en esa línea, propiciando ese crecimiento”, añadió el co-director Hugo Arrevillaga, al precisar que uno de los criterios de selección fue la innovación del lenguaje en escena.
 
 
Los montajes, agregó, forman en general un mapeo de la producción escénica por tratarse de obras escritas y dirigidas en su mayoría por jóvenes recién egresados, quienes apuestan por la sencillez del escenario a cambio de un discurso reflexivo mayor.
 
 
Ese es el caso de Los idiotas, escrita por Carlos Liscano y dirigida por Dettmar Yañez en la que se aborda la dependencia del hombre por la libertad; lo mismo sucede en Exceso de equipaje, donde se cuestiona la complejidad de las emociones, desde el coraje y la depresión hasta la felicidad; además, sobresale Estación Ítaca, una pieza de clown que juega con la música de un saxofón.
 
 
“Tratamos de dar una pluralidad en los discursos escénicos basándonos en el perfil del teatro y  retomando la tradición de Salvador Novo, que era presentar las nuevas dramaturgias, las dramaturgias contemporáneas, sobre todo partir del trabajo de nuevas compañías, de artistas emergentes”, comentó Arrevillaga, quien adelantó que para el segundo semestre del año se invitará a dos compañías de Jalapa.
 
 
De la programación destaca además Coco, mademoiselle Gabrielle, un obra con texto de Silvia Peláez que habla de la vejez y soledad de la diseñadora francesa Coco Chanel como pretexto para abordar temas como el aislamiento, la demencia senil, el éxito y la muerte.
 
 
También se presentará el remontaje de Los cuervos no se peinan, pieza para público infantil que estrenó Schoemman hace 15 años con la compañía Los endebles para la apertura del teatro. El director explicó que en esta ocasión ha sido reducido el texto y se enfatizan las acciones de los personajes.
 
 
La Capilla repetirá también los talleres de dramaturgia, dirección y actuación, de donde han surgido piezas teatrales. “Este es un proyecto global, un producto de creación, de formación y de difusión de arte contemporáneo”, concluyó Schoemann.
 

Un teatro ampliado

En el marco de los festejos por el 15 aniversario de la nueva etapa de La Capilla, se buscará ampliar físicamente el teatro con la apertura de un salón de ensayos que servirá también para talleres académicos. El espacio se planea acondicionar en lo que era el restaurante, que desde hace dos años dejó de dar servicio.
 
 
Boris Schoemann comentó que busca abrir una biblioteca especializada y eventualmente, una cafetería. En conjunto pretende que el teatro se mantenga como un referente en la producción y difusión del arte escénico.
 
 
“Hemos agregado talleres de voz y dirección de actuación lo que nos  ha permitido integrar a los alumnos a la programación, o quien escribe los textos y buscamos mantener este proyecto global a nivel profesional. Ser un centro de información, de difusión y de creación”, señaló.
 
 
De los proyectos, el director otorga mayor importancia al programa académico al considerar necesario formar un grupo de dramaturgos, actores y directores que puedan dar continuidad a La Capilla: “Ya nos está saliendo pelito blanco, y es momento de compartir los conocimientos”, dijo.
 
 
La Capilla ocupa una antigua construcción que formó parte de una hacienda de Coyoacán, donde Salvador Novo edificó en 1950 una suerte de laboratorio de dramaturgia, con el diseño del arquitecto Alejandro Prieto. El 22 de enero de 1953, abrió el recinto como sala de exhibición.
 
 
Durante más de seis décadas, el espacio ha concentrado su programación en la dramaturgia contemporánea con atención en propuestas de jóvenes autores que encuentran en el lugar su primera oportunidad para presentarse.

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