sábado, 9 de enero de 2016

El encanto de la ilustración

 
Algunas de las portadas de Edelvives, que es el sello más antiguo de España.
 
 
Por: Luis Carlos Sánchez
 
El mundo editorial se ha rendido ante el poder de la ilustración y en ello tienen más responsabilidad los adultos que el público infantil para el que comenzaron a ser elaborados esos libros. Las nuevas versiones ilustradas de Alicia en el país de las maravillas o de Blancanieves ya no aparecen entre las novedades para niños y jóvenes; ahora ocupan un lugar entre los volúmenes que más buscan los adultos, quienes también han dejado atrás el pudor que inicialmente mostraban a la hora de adquirirlos.
 
 
 
“Fue una gran sorpresa para nosotros cuando vimos que los álbumes dirigidos a un público infantil y juvenil realmente los empezaban a comprar los adultos; con alguna excusa siempre: ‘es para mi sobrino, mi hijo o para regalar’. Vimos que era mentira, que eran para ellos mismos y esto empezó a crecer”, cuenta Fernando Agresta, director de comunicación de Editorial Edelvives, sello que encabeza la edición de libros ilustrados en español y que busca impactar de manera más fuerte en el gusto de los lectores mexicanos.
 
 
 
Edelvives es también el sello más antiguo de España. Surgió en 1889 como una editora fundada por los Hermanos Maristas con el nombre de FTD, que se encargaba de realizar los materiales que se usaban en las escuelas de esa congregación religiosa. Ya en el siglo XX, alrededor de 1930, se transformó en Editorial Luis Vives y comenzó a lanzar sus primeros títulos comerciales. Su principal mercado estaba en las escuelas y para la década de los años sesenta y setenta ya era la principal editora de libros para niños y jóvenes en un país controlado por el franquismo.
 
 
 
“Con la apertura democrática en España surgen otra cantidad de grupos editoriales y la nuestra se diversificó mucho más”, dice Agresta. Hasta entonces, la editorial seguía pensando marcadamente en libros que, si eran para niños, debían tener historias hechas para ese público y en las cuales no entraba la idea de que un adulto estaría interesado en ellas. Pero un libro marcó la diferencia: hablaba de las historias, anécdotas y secretos de princesas desconocidas e iba bellamente ilustrado para atraer a las lectoras más pequeñas y dulces de cada familia.
 
 
 
 
La sorpresa llegó cuando Princesas olvidadas o desconocidas, de los franceses Philippe Léchermeier y Rébecca Dautremer, se convirtió en un best-seller que compraban más personas adultas. “Fue un proceso lento, que fue dando pasos poco a poco; el mundo ilustrado gustaba, pero no salía de lo tradicional, costaba mucho y, de hecho, íbamos a un ámbito muy infantil”, cuenta Belén Martul Hernández, gerente de literatura del sello. Edelvives decidió arriesgarse y volteó a una de las potencias en el mundo de la ilustración: Francia.
 
 
 
Ahí encontró a artistas como la propia Dautremer o Benjamin Lacombe, que ahora se han convertido en sus autores de cabecera. Pero no sólo se trataba de hacer bonitos dibujos, sino de complejizar las historias y apostarle por libros de artista, libros-objeto. “Es un conjunto en el que tiene muchísimo peso la historia, la ilustración, el diseño y el conjunto hasta la propia producción del libro; a la hora de buscar autores vamos por historias que emocionen, que tengan algo que contar y que nos parezcan que realmente tengan un impacto”.
 
 
 
Así han producido bellezas como Madama Buterfly, de Lacombe, que en forma de un largo papiro se despliega varios metros; Snowhite, de la española Ana Juan, o Una biblia, de Philippe Léchermeier y la propia Dautremer. También han ampliado su catálogo a producir novelas gráficas y este año quieren ir más lejos. Ya no sólo traducirán al español títulos que se producen fuera de países de habla española, sino que comenzarán a producir desde cero sus propias historias.
 
 
 
 
Por lo pronto, en la primavera próxima editarán los últimos títulos, ya aparecidos en Francia, de Lacombe, y de Dautremer, y tienen también pactadas historias con Ana Juan y versiones ilustradas de las novelas Los girasoles ciegos, de Alberto Méndez, y Muerte en Venecia, de Thomas Mann. Durante todo 2016, Lacombe trabajará además en una nueva versión de Carmen, la ópera llevada a escena con música de Georges Bizet y libreto de Ludovic Halévy y Henri Meilhac, que será producida enteramente por el sello editorial.

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