sábado, 23 de abril de 2016

Traducen al otomí aventuras del Don Quijote para niños

 
 Algunos capítulos de la obra de Miguel de Cervantes Saavedra, “Don Quijote de la Mancha” fueron traducidos al Hñähñu, versión para niños, por el académico de la FES Acatlán, Raymundo Isidro Álvarez.
 
La obra titulada "Ndada Hongahogam' ui pa ya bätsi" o "Don Quijote para niños" presentada hoy es una edición trilingüe pues además del español y otomí está en inglés, un idioma que ha cobrado importancia entre la comunidad ñañú, aseguró el profesor en entrevista.
 
"Cualquier cultura debe absorber de otras para volverse más fuerte", aseguró en la Facultad de Estudios Superiores de Acatlán.
 
También consideró que el lenguaje escrito es la mejor forma de conservar las lenguas originarias y lo más interesante en el trabajo de traducción fue buscar los términos adecuados al otomí, pues vale recordar que la obra original está en un español más antiguo.
 
Para ello el profesor se dio a la tarea de investigar el origen de muchas palabras y buscar conceptos en otomí que concordaran, los cuales fue sometiendo a la opinión de los hablantes más viejos de otomí principalmente de su comunidad Boxtha Chico en el estado de Hidalgo.
 
En otomí don Quijote se llama "Ndada Hongahogam' ui" que textualmente significa "El señor que busca una buena vida", explicó en entrevista, pues consideró que esa denominación describe bien al personaje idealista, buscador de novedades y que siempre deja alguna enseñanza.
 
Consideró es un personaje que comparte valores con la cosmovisión de los otomís, un pueblo originario del valle de México, que es uno de los más antigüos, pues existía ya en los periodos dominados por los teotihuacanos, toltecas, mexicas, la Colonia y se mantiene en la actualidad, recordó.
 
En una parte en el capítulo 71 Don Quijote da las gracias y considera que el peor de los pecados, más que la soberbia, es ser desagradecido, en la cosmovisión hñähñu se mira de manera similar el desagradecimiento, por ejemplo cuando se rechaza la comida que te ofrecen, pues para el pueblo ñahñu los alimentos son sagrados, explicó.
 
El profesor Isidro Álvarez ha traducido al otomí, La visión de los vencidos, El Llano en llamas, El Principito, Aura y trabaja actualmente en una traducción completa de Don Quijote, de la cual sólo dos capítulos le han llevado año y medio.
 
La edición infantil presentada este día se basa en un texto adaptado por Benjamín Valdivia, y cuenta con ilustraciones originales del artista de origen otomí, José Luís Romo, grabados en pencas de maguey.
 
NTX/RVA/GZP

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