martes, 24 de mayo de 2016

La Perra cumple su mayoría de edad

Fotografía por Maleny Vázquez.


Por: Davo Valdés

«¿Qué pasa cuando cumples la mayoría de edad», pregunta Perico. «Ya puedes atascarte, ver pornografía, drogarte, hacer cosas de adultos. Curiosamente a nosotros no nos interesa eso ahora que cumplimos 18 años tocando. Ahora buscamos otras cosas». La entrevista con Elena y Perico ocurre al interior de Néctar: la deliciosa pizzería y juguería frente al Parque Revolución, que es como un oasis en Avenida Morelos. Más que una entrevista es una plática. Gastamos la tarde saltando de un tema a otro, desde su proceso como banda de la «lastimada escena de rock progresivo nacional», hasta la (nueva) etapa de estudiante de Elena en el Centro Morelense de las Artes y por supuesto la gran fiesta del año: la presentación de su nuevo material discográfico. ¿La razón de esta reunión? Primero que nada porque quería un pretexto para escribir algo de una de mis bandas favoritas, pero también para insistir con otros públicos del por qué es importante escuchar a La Perra y aprender de ellos.

Con tres discos de estudio, un concierto en DVD (editados de manera independiente) y un largo camino recorrido en escenarios de lo más eclécticos y variados, que van desde actividades en el circuito cultural alternativo, hasta festivales nacionales e internacionales de renombre, La Perra es una de las agrupaciones con más trayectoria de la escena morelense y no sólo eso, su trabajo está cimentado en profundo compromiso con la música. Aunque su formación se ha reducido, ya que en algún momento fue un cuarteto y posteriormente un trío, Elena y Perico han compartido escenario y procesos durante todos estos años sin separarse. «Ya nos aceptamos como somos», confiesa Elena, «por eso ahora sí podemos voltear al público y mostrar el pulso interno que lleva La Perra». Y Perico confirma: «Elena y yo ya nos acabamos de conocer lo más de lo más y por eso esto es como comenzar de nuevo». Este nuevo inicio tuvo su momento con un festejo grande, es decir, con la presentación de su nuevo material inédito en el Teatro Ocampo que se realizo  el pasado 19 de diciembre. Este disco que lleva por título Tautos.


Para quien no conoce a La Perra, son una agrupación mexicana que fusiona el rock, el jazz, el rock progresivo clásico y la música contemporánea, y está integrado por Elena Sánchez y Perico, que en quienes crearon su propio lenguaje sonoro a partir de dos instrumentos: el bajo eléctrico y la batería, respectivamente (la kalimba usualmente aparece en sus conciertos) y que en sus presentaciones no usan sampleos ni pistas grabadas, ya que fomentan la música en vivo como experiencia interior. «Somos como el antipop de Primus, pero nosotros somos como un anti-todo. No seguimos modas, ni somos una banda jaladora, ni buscamos disquera. Ahora ya sabemos cómo está la onda y nos permitimos como músicos placeres más sutiles». Para Elena esos placeres se encuentran ahora en un trabajo espiritual, en la meditación, en dominar su técnica y en la búsqueda de un aprendizaje continuo. «Si no aprendes te aburres. Y es que hay una cosa de ego que impide que la música realmente salga y eso pasa a veces con los estudiantes jóvenes, pero para ser un alumno uno tiene que ser humilde». Aunque uno no crea que Elena, una de las bajistas más sorprendentes de la escena nacional, pueda aprender algo todavía, ella decidió entrar a estudiar de nuevo música en el Centro Morelense de las Artes y compartir aula con los jóvenes músicos de la escena actual, «estoy en un periodo de aprendizaje y maduración. Cuando maduras tu pulso cambia. Las cosas te salen mucho más fáciles, porque las dominas, puedes ir más lento o rápido según lo necesites, pero todo respondiendo a un por qué. Mi proceso de composición ha cambiado y ahora busco explotar una sola frase al máximo en lugar de tocar muchas frases sin sentido y justificación».



Justo para Perico esa falta de humildad de los músicos jóvenes es uno de los problemas a los que se enfrentan las bandas hoy en día. «Otros dos problemas son que el rock no deja dinero y que los músicos de ahora (y lo digo con mucho cariño) son terriblemente promiscuos, es decir que tocan en muchos proyectos y no trabajan por consolidar uno específico. Yo creo que si llevas en Morelos tres años con una banda, lo más sensato es tocar en vivo y no pensar en grabar sino en mejorar». «La música es lo más importante”, concluye Elena. «Mi finalidad en la vida es hacer música para encontrarme a mí misma. Hacer música es como disparar un poco el alma, esa que estaba perdida, y esto para mí es el encuentro».

Durante estos años una pieza fundamental de la banda ha sido el artista visual, Manolo Garibay, quien se unió a La Perra para desarrollar el proyecto Concierto Visual. Es por eso que presentarán juntos Tautos el pasado 19 de diciembre en el Teatro Ocampo. En este evento el trabajo del equipo fue diferente, antes la dinámica funcionaba de la siguiente manera: Manolo Garibay creaba imágenes para cada una de las piezas que La Perra había compuesto y que conforman el espectáculo, para luego manipularlas en tiempo real en las presentaciones. Esta vez la creación del show se construyó a partir de las imágenes en video de Manolo Garibay, y Elena Sánchez se encargó de componer la música para cada pieza. Así que el diálogo se invierte y ofrece nuevas posibilidades. El concierto se presenta como una buena forma de cerrar el año, un año que dio mucho de qué hablar en la escena musical morelense y que mucho debe a La Perra, y se suma a las actividades de celebración por sus 18 años de trayectoria.

Davo Valdés

Escritor, crítico de cine y co-director del Festival Grotesco. Forma parte del Grumo de Escritores de la Barba Naranja. Se interesa por las películas de terror, el vegetarianismo, las bicicletas, los perros, la música con guitarras distorsionadas, las mujeres que cantan, la literatura, la filosofía y el punto de encuentro entre todas esas cosas (véase: Hora de aventura).

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