lunes, 9 de abril de 2018

En peligro de extinción tejedores de Santa María del Río


Por: Alma Limón

Santa María del Río, SLP.- En peligro de extinción se encuentran los tejedores de Santa María del Río, "Cuna del Rebozo", en donde durante varias generaciones se ha heredado el arte de tejer la seda y otros materiales con los que se fabrican rebozos que dan elegancia y distinción a la mujer mexicana.

Víctor Hugo Rodríguez Rivera, tejedor desde los seis años de edad, señaló que el arte del rebozo comenzó  hace más de 450 años, con la llegada de los padres franciscanos quienes fundaron el pueblo y enseñaron a los pobladores a usar el telar de cintura, con el que se han confeccionado prendas que han sido usadas por mujeres famosas como María Félix y Flor Silvestre, entre otras.

Actualmente se tiene el registro de alrededor de 50 tejedores, con dos escuelas para tejedores una asociación  civil y una escuela municipal que consigue la seda desde La India, creando prendas finas que se pueden distinguir por que la seda es más opaca y al momento de ponerlo no se resbala.

Víctor Hugo Rodríguez dijo que es un orgullo ser tejedor de la prenda potosina, reconocida a nivel internacional. Invitó a la población a comprar rebozos artesanales, debido a que los rebozos industriales, que son más económicos, han ido ganando terreno a los hechos a mano, situación que resta ingresos a los tejedores, por lo que poco a poco se han ido terminando.

El rebozo que no es de Santa María es más suave, y aún así se ofrece a un precio similar al que se fabrica a mano, por lo que recomiendan a la población ir a los talleres en donde se fabrican las prendas para asegurarse de que están hechos a mano.

Actualmente se cuenta en Santa María del Rio con un aproximado de 50 tejedores de telar de cintura y 100 empuntadores, que son hombres y mujeres que se encargan de tejer el rapacejo, que son las puntas del rebozo con diferentes técnicas que le dan belleza y distinción en la tela.

Actualmente un rebozo hecho a mano es elaborado en 3 o 4 semanas, dependiendo del diseño, tamaño y material. Los precios varían, dependiendo del material. Los más baratos se encuentran a $2,500 pesos.

Don Víctor es la cuarta generación de tejedores en su familia, sin embargo este trabajo ya no es tan bien remunerado como para vivir decorosamente, por lo que sus hijos se han enfocado al estudio.

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